Por Teodoro Rentería Arróyave
SEGUNDA PARTE Y ÚLTIMA
Ya dejamos dicho, en la anterior entrega, que las disputas entre intelectuales o eruditos suelen ser más férreas y lacerantes que las sostenidas entre políticos y naciones beligerantes; ante la disputa necia y estéril de que Tenochtitlan fue fundado en 1321 o en 1325, el gobierno de la Cuarta Transformación decidió conmemorar, en los vestigios históricos del Templo Mayor, a “México-Tenochtitlán, más de siete siglos de historia”.
La jefa de gobierno de la Ciudad de México Claudia Sheinbaum Pardo terminó su intervención con esta sentida y viva exhortación: Reconocer la riqueza de la historia, la reivindicación de nuestros pueblos originarios, aquilatar su resistencia cultural, social e incluso política es obligación de los millones de mexicanos y mexicanas.
Hace siete siglos, enfatizó, en esta ciudad se levantó la legendaria Tenochtitlan, cuna de la cultura mexica, a partir de la cual llevamos el nombre de nuestro país, México, ciudad con un pueblo solidario, participativo, que muestra al mundo todos los días que nada la vence.
El historiador Enrique Semo Calev, a sus 90 años de edad, nos recordó: “la grandeza de la cultura náhuatl, que tuvo como una de sus expresiones más espléndidas a esta Ciudad de México-Tenochtitlán, maravilla del ingenio humano, una ciudad de 300 mil habitantes, la más grande de su época y completamente anfibia”, luego la calificó de “la Venecia mexicana”, y concluyó: “construida sobre dos islas; en la primera se encontraba Tenochtitlán, en la segunda Tlatelolco, ambas ciudades mexicas.”
México, reconoció la invitada especial Dilma Rousseff ex presidenta de Brasil, es “un país generoso, con territorio acogedor donde se refugiaran tanto artistas, intelectuales, militantes, dirigentes de izquierda y del mundo, progresistas latinoamericanos. Aquí, brasileños, argentinos, chilenos, uruguayos han construido sus casas huyendo de las brutales dictaduras que llenaron nuestros países en las décadas de 1960 y 1970. México, que ha mantenido una relación abierta con Cuba, aun cuando bajo la tutela norteamericana casi todas las naciones americanas le daban la espalda”.
Hoy se construye un México democrático y diverso, justo y soberano, un gobierno que expresa la dignidad, la igualdad de un pueblo, un pueblo que exige que las élites de todos los poderes dejen de expropiar sus derechos, su patrimonio y su felicidad” luego recordó una cita del gran colega Carlos Monsiváis: ‘Si la batalla cultural no sucede, la batalla política también se puede perder’, y concluyó: “vengo a un México que renace, que está construyendo una cultura de libertad, de soberanía, de igualdad”.
Sintetizo las intervención del presidente Andrés Manuel López Obrador con sus dos últimos párrafos de sus intervención: “En esta ciudad, donde parece que cada quien se dedica a lo suyo y en la que en apariencia predomina el individualismo, la gente es generosa, fraterna y unidad cada vez que se requiere hacer frente a una desgracia. La solidaridad que he constatado en la Ciudad de México ante situaciones de desastre sólo es comparable a la que se expresa en momentos difíciles de adversidad en las comunidades indígenas de México” y finalizó: “Voy también a repetir lo que el maestro Semo subrayó, lo que dejaron escrito los mexicas en los memoriales de Culhuacán: ‘Mientras exista el mundo no acabará la gloria ni la fama de México-Tenochtitlan”’.
EN EL ÁTICO. El pasado sábado escribimos en nuestras redes sociales: Congratulaciones a mis maestros en la vida y en el salón de clases y a mis congéneres en la cátedra y en aula. Les participo estas líneas del maestro Iñaki Alzugaray: “LAS MANZANAS, LOS MAESTROS Y LA ANTIGUA GRECIA. En la civilización griega ya estaba la manzana asociada a la sabiduría. Y los alumnos ya llevaban manzanas a sus profesores para darles las gracias por todas las enseñanzas recibidas, de ahí la representación de llevar una manzana al profesor. Que hoy sea un gran día para los maestros, y FELICIDADES a todos con quien comparto esta noble labor, ánimo!!
