CONGRESO MERCENARIO

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Por Felipe Sánchez

-Escaparate Político

En el control corrupto de la 64 legislatura del estado, además del dominante Salomón Jara, participaron diputados del primer círculo, la mayoría del partido Morena, pero también los priistas Alejandro Avilés y Jorge Villacaña. El primero como coordinador de la disminuida bancada tricolor y el segundo como presidente de la comisión de Gobernación. Esta posición era preponderante para la designación de comisionados, administradores y concejeros municipales, también para agilizar el ascenso de categoría política de las comunidades. Todo esto les permitía participar en el desvío de dinero de las arcas de aquellos municipios.

Alejandro Avilés siempre actuaba en alguna cartera en la JUCOPO donde conocía algunos de los más importantes negocios que fraguaba la presidenta o el presidente en turno. Actuaba y seguirá actuando como puente con el Ejecutivo para que sigan fluyendo los “pagos por evento” porque es plurinominal reelecto. Obvio, dicen que “el que parte y reparte se queda con la mejor parte”.

Como miembro del primer círculo de los varones y señoras corruptas del Congreso, Avilés se enteraba de todos los movimientos antes que la misma Secretaría de Servicios Administrativos. Obviamente, esto les permitía participar en los enjuagues. A eso se debe que las diputadas Lilia Mendoza y María de Jesús Mendoza Sánchez les hayan gritado durante la comparecencia del titular de la SEFIN Vicente Mendoza Téllez Girón: “ustedes se comportan como dueños del Congreso, pero no lo son, yo ni coordinador tengo”.

¿GOBIERNO DIFERENTE?

La secretaría mencionada antes era conocida como la tesorería de la Cámara. Desde el inicio de la 64 legislatura, por órdenes de Salomón Jara fue designado titular Omar Maldonado Aragón y allí sigue hasta la fecha. Me dicen que si la dirigencia nacional del partido Morena no decide democratizar el Congreso de Oaxaca donde sus diputados tienen mayoría apabullante, la corrupción no disminuirá, por el contrario, crecerá. Si los altos mandos de la 4T siguen dejando hacer y dejando pasar, lamentablemente no se reflejará el “gobierno diferente” que ofrece el presidente López Obrador. Todo continuará igual y es posible que Omar Maldonado siga en su papel de “poder tras el trono”. Este funcionario hasta hace conjeturas entre sus proveedores y socios. Dice que allí seguirá en cuanto su mecenas Jara sea candidato y luego gobernador.

El hoy secretario de servicios administrativos y antes tesorero es también el responsable de la total opacidad en la página de internet del Congreso de Oaxaca. Aunque han tenido sucesivos “jefes de Prensa” estos son inoperantes, les ponen bozal. difunden solo información que les autoriza Omar el gran censor aunque surjan de la sesiones públicas. Hay diputados, sobre todo mujeres que, con valor hacen denuncias serias desde la tribuna, pero el jefe de Prensa oculta la información.  Me dicen que ellos mismos censuran a sus diputados. Pasó con la acusación valiente que hizo la diputada Aleida Serrano Rosado sobre la gran corrupción de sus compañeros legisladores. Reveló cómo conduce Fredy Delfín Avendaño la trama para la venta de protección a los presidentes municipales que se roban el presupuesto. Habló con argumentos sólidos, pero nada publicó el vocero oficial del poder legislativo.

Antes, al menos daban a conocer algunos rubros de los gastos de la cámara y en los primeros meses hasta presumió el resultado de algunas auditorías. Hoy ni siquiera los debates en las sesiones de diputados sube a la página de internet de la Cámara. La voracidad del tal Maldonado se torna cada vez más insaciable, me dice uno de los diputados entrevistados.

EL SALTO DEL CHAPULÍN

Hay legisladores corruptos, pero resultan más deleznables los peleles, me dice uno de mis informantes. Cita el caso de Arsenio Mejía García quien, aunque es diputado del PES se supedita mansamente al priista Alejandro Avilés a quien llama “jefecito”. Otro diputado abyecto ante Avilés es Mauro Cruz Sánchez, aunque pertenece al Morena.

Obvio, este comportamiento les reditúa privilegios y los hace más influyentes como es el caso de Horacio Sosa que controla férreamente a los que manejan las auditorías en el órgano de control interno y luego llamado órgano superior de fiscalización (osfe). De allí obtenía información de los presidentes municipales que desvían recursos a los que luego llamaba para negociar. Aunque su hermano Flavio Sosa no tiene injerencia influyó en la designación de los principales funcionarios de la secretaría de servicios parlamentarios y la de apoyo legislativo.

La misoginia y violencia política es otro de los abusos evidentes en la 64 legislatura, además de la corrupción. Es evidente lo que sucede contra algunas mujeres diputadas que no pertenecen al círculo de privilegiados. Lo único bueno es que ya llegó a su fin, aunque muchos de esos inmorales fueron reciclados gracias a la reelección.