Por Cipriano Miraflores
En una reunión en San Luis Potosí, en 2008, de dirigentes del PRD, ante el reclamo de la necesidad de una dirección colectiva, AMLO responde con voz autoritaria: «El Movimiento soy Yo».
Como el monarca absoluto medieval quien dijo: ,»El Estado Soy Yo»
Así fue y así es, «El Movimiento de Transformación Nacional» no es un movimiento a favor de los mexicanos, no es proyecto político del pueblo, de una clase o de un grupo, sino es un proyecto personal.
Es un proyecto que se inicia con él y se termina con él. No es un proyecto revolucionario, democrático, sino un proyecto que depende de los humores del Presidente.
México se liberará de él hasta su muerte.
Pobre México, país de un solo hombre, no un país de instituciones: cobra relevancia la expresión: «Al diablo con sus instituciones»
Creo que México debe ser de instituciones democráticas, constitucionales, de acuerdo a nuestra diversidad, a nuestra cultura. Pero no a los deseos y humores de una sola persona. Esto significa un retroceso de siglos. Si gana está elección, adiós mi gabán, Claudia Sheinbaun será su títere.
AMLO es una maldición para México, políticamente hablando.
Quién no lo entiende está obnibulado.
Así las cosas, en vía de mientras sean rabiosamente felices.
Padiush yuglule