La helada profunda de una tormenta invernal mortal que azotó gran parte de Estados Unidos continuará durante la semana mientras la gente en el oeste de Nueva York lidia con enormes ventisqueros que enredaron a los vehículos de emergencia y los viajeros de todo el país en vuelos cancelados y caminos peligrosos.
La tormenta masiva ha matado al menos a 46 personas en los Estados Unidos, según lo publicado por el medio NBC News, y se teme que cobre más vidas después de atrapar a algunos residentes dentro de las casas y dejar sin electricidad a decenas de miles de hogares y negocios.
La cadena de noticas norteamericana confirmó que las muertes se registraron en 12 estados: Colorado, Illinois, Kansas, Kentucky, Michigan, Missouri, Nebraska, Nueva York, Ohio, Oklahoma, Tennessee y Wisconsin.
El clima extremo se extendió desde los Grandes Lagos cerca de Canadá hasta el Río Grande a lo largo de la frontera con México. Alrededor del 60% de la población de los EE. UU. enfrentó algún tipo de aviso o advertencia de clima invernal, y las temperaturas cayeron drásticamente por debajo de lo normal desde el este de las Montañas Rocosas hasta los Apalaches.
El Servicio Nacional de Meteorología dijo el domingo que el aire gélido del Ártico “que envuelve gran parte de la mitad este de Estados Unidos será de lento a moderado”.
Esa es una noticia especialmente desagradable para Buffalo, que vio vientos con fuerza de huracán y nieve que causaron condiciones de desvanecimiento que paralizaron los esfuerzos de respuesta de emergencia.
La gobernadora de Nueva York, Kathy Hochul, dijo que casi todos los camiones de bomberos de la ciudad quedaron varados el sábado e imploró a la gente el domingo que respetara la prohibición de conducir vigente en la región. Las autoridades dijeron que el aeropuerto estaría cerrado hasta el martes por la mañana. El Servicio Meteorológico Nacional dijo que el total de nieve en el Aeropuerto Internacional Buffalo Niagara era de 109 centímetros (43 pulgadas) a las 7 am del domingo.
Enormes ventisqueros casi cubrían los autos y había miles de casas, algunas adornadas con exhibiciones festivas sin iluminación, a oscuras por la falta de energía.
Con la nieve arremolinándose en calles vírgenes e intransitables, los meteorólogos advirtieron que era posible que cayera de 30 a 60 centímetros (1 a 2 pies) adicionales en algunas áreas hasta la madrugada del lunes en medio de ráfagas de viento de 64 kph (40 mph). La policía dijo el domingo por la noche que hubo dos casos “aislados” de saqueo durante la tormenta.
Con Información de Infobae México