Raymundo Ibáñez del Castillo.
A tan solo unas cuantas horas para la celebración del «Día del Padre», precisamente el próximo domingo 16 de junio, que como todos los años, coincide con el tercer domingo del sexto mes del año, supuestamente porque es un día de descanso para la mayoría de los paterfamilias, aunque muchos de ellos, trabajan domingos y todos los días y toda la vida, a brazo partido y sin tregua, para llevar el sustento a sus hijos, a sus familias y forjar un mejor destino para ellos y todos cuantos conforman este núcleo, hoy por hoy, célula básica de la sociedad.
Así como en su momento, lo hicimos, hace apenas un mes y días, previo al «día de las madres», el 10 de mayo, para ser exactos, de la misma manera, para ser justos, y establecer el punto de equilibrio, queremos felicitar, hoy, en forma anticipada, a todos los padres que han tenido la dicha y la fortuna de lograr y disfrutar la ¡bendita paternidad!.
Con el debido respeto para la ¡bendita maternidad! y para todas y cada una de las madres del mundo, hoy, también queremos enviar y adelantar, una sincera y fuerte felicitación para todos los padres del orbe, porque sin ellos, parte importante para la preservación del género humano, simple y llanamente, no habría vida.
Por eso, en la misma dimensión, con el mismo cariño y amor, poniéndonos la mano en el corazón, enviamos nuestras sinceras felicitaciones para todos los padres del mundo, de México y de Oaxaca. por ubicarnos aquí, geográficamente.
A tan solo 72 horas de la celebración del «Día del Padre», nos adelantamos al festejo, por modesto que sea, pero no menos importante y trascendente; y con tres días de anticipación, iniciamos la celebración, para que se prolongue más.
Esperemos, que al igual que para nuestras queridas y abnegadas madres, también el festejo para nuestros padres, no se limite a unas cuantas horas, o a un solo día, cuando podemos y debemos hacerlo extensivo por toda la vida.
Para quienes tienen la dicha y la fortuna de tener con vida a sus señores padres, nuestros infinitos deseos es que los disfruten a plenitud, el próximo domingo y por todos los días de su vida; y qué mejor regalo les pudieran dar, que estar con ellos, para hacerlos sentir, importantes y felices.
Para quienes ya no los tenemos con y entre nosotros, materialmente hablando pero que están siempre presentes en nuestro pensamiento y en nuestros corazones, a través del ejemplo que nos legaron, y espiritualmente, los recordamos, elevemos los ojos al cielo y pronunciamos una oración por ellos y por el eterno descanso de su alma.
Para quienes por cualquier situación adversa y, en la mayoría de los casos, en contra de la voluntad de ellos como padres, no están con sus hijos a quienes con toda certeza recuerdan, porque así como los hijos siempre tienen presentes a sus padres, tampoco los padres, nunca se olvidan de sus hijos, con todo y que en algunos casos, los hayan engendrado y no los hayan visto crecer y desarrollarse, e incluso, en ocasiones, ni siquiera hayan tenido la inmensa dicha de verlos nacer.
Bendecidos sean todos los padres del mundo, porque como humanos y como padres, valen tanto como nuestras madres, los queremos, los respetamos y los extrañamos, y siempre estarán presentes, entre nosotros, porque sin ellos, nuestras madres, no tendrían el privilegio de la ¡bendita maternidad!; y nosotros, como hijos, simple y llanamente, no hubiéramos sido concebidos y, por lo tanto, no tuviéramos la vida que hoy disfrutamos.¡
Felicidades padres, en su día, el próximo domingo!.
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