Los diputados del Morena que lidera la “maistra” Delfina Elizabeth Guzmán Díaz, medio entendieron el gran riesgo que significa que la borregada se amontone en una sala cerrada. El martes pasado consintieron sesionar en el patio del recinto, pero la sorna fue peor ¿saben para que aceptaron salir? Para rendir un homenaje a su compañero Othón Cuevas muerto ¡por Covid! Por no cuidar la sana distancia.
Sucede que en el (peor) Congreso del estado, son tan desconfiados que prefieren que se los lleve la…Pandemia a llegar a un entendimiento político civilizado para realizar sus sesiones de manera virtual.
El martes pasado luego de que doña Delfina consultó con su sostenedor Salomón Jara, entendió el gran riesgo que significa que los diputados sesionen amontonados por lo que doña Delfina les permitió sesionar en el patio y solo porque con el recuerdo de Othón el peligro que significa la Pandemia estuvo presente. Además del fallecido, cuando menos tres diputados y dos funcionarios, entre ellos el mismo médico del (peor) Congreso, han manifestado síntomas de la enfermedad.
Estos diputados prefieren desafiar el contagio a ausentarse en estos momentos en que la presidenta de la Jucopo está por recibir luz verde de Salomón Jara para aprobar el permiso para los diputados que buscarán la reelección y que son los menos improductivos. No quieren salir del corral porque, además de los permisos, recibirán dinero para sus campañas, aparte de las miles de toneladas de cemento que le han arrancado al Ejecutivo supuestamente para repartir en su campaña. Lo grotesco es que los vales de toneladas prefieren canjearlos por dinero en efectivo en las mismas distribuidoras. Estos son los diputados que están seguros de reelegirse al considerar que los electores son tontos.
LA BUENA POLÍTICA
Nuevamente la política de altura que prevalece entre el gobernador priista Alejandro Murat Hinojosa y el presidente de la República morenista Andrés Manuel López Obrador, da buenos resultados en Oaxaca. De las casi 440 mil dosis de la vacuna Pfizer que recibió el gobierno federal esta semana, cerca de 20 mil llegaron a Oaxaca. Esto no es gratuito, es producto de intensos cabildeos. De inmediato empezaron a aplicarse en los hospitales públicos.
LA MALA NOTICIA
Se entiende que la inoculación debe ser para los médicos, enfermeras y demás personal que se juegan cada día la vida al estar en la primera línea del combate de la Pandemia. Así lo marcan las normas, pero como siempre, la corrupta banda de lidercillos sindicales de la SSA que encabezan Mario Félix Pacheco y el archicorrupto Alberto Vázquez Sangermán, confabulados con algunos directivos de los nosocomios, manipularon las listas.
Con todo y que personal militar tiene la responsabilidad del programa de vacunación en todo el país, los maniobreros de los Servicios de Salud de Oaxaca se las ingeniaron para poner en dicha lista a algunos de sus parientes e incondicionales.
Así supimos ayer que, por ejemplo, sin estar en la línea de fuego, se adelantaron en formarse para recibir la vacuna los médicos Marco Adulfo Barroso Rojas y la psicóloga Jeanet Selene Alvarado, entre otros. El primero es un aletargado burócrata que alguna vez fue subdirector del Hospital Civil Dr. Aurelio Valdivieso, pero desde entonces prácticamente es aviador. Cobra sin trabajar avalado con un oficio de comisión del sindicato. La señora por su formación nunca ha estado trabajando en el área Covid, pero ya fue privilegiada con la vacuna. En cambio, a los médicos y enfermeras contratados para suplir a sus colegas mayores de 60 años que fueron licenciados, se les excluyó de la vacunación a pesar de que están en la línea de más alto riesgo. El pretexto es que no son sindicalizados. Que actitud tan desnaturalizada mueve a los capos del sindicato y a los directivos de los hospitales públicos.
CARCEL DE MIAHUATLÁN
En marzo del 2011, más para mal que para bien, en Miahuatlán construyeron una cárcel federal de alta seguridad. Además de la ola de delincuentes que llegaron a la par con los reos de alta peligrosidad y que han generado en ese municipio un clima de alta inseguridad, resulta una de las cárceles más costosas para el gobierno federal.
Mientras a los reos locales les dan, sin acaso 300 pesos diarios para alimentación ¿saben cuánto destina el gobierno federal para cada uno de los reos de alta peligrosidad en once cárceles del país? 76 mil 758 pesos al mes, 2 mil 558 al día. Más caro que un hotel de medio lujo.
Estos precios están tan inflados que el gobierno ya revisa las cuentas de los proveedores.