EL SALTO DEL CHAPULÍN

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Muy sospechoso el papel de carroñero que adopta el diputado Armando Contreras Castillo, antes del PRD y hoy del Morena. Eso nos lleva a tildarlo de negociador avaricioso o despistado político.

Quienes bien lo conocen me dicen que por la calidad de clientes chamuscados que ha buscado, lo que pretende es cobrarles bien sus favores y más cuando se trata de políticos furtivos. No creen que sea despistado. No gestiona ni legisla, pero sabe cobrar bien sus “leguleyadas”, me dicen.

Primero, el tal Contreras buscó a Los Chapos de la UABJO para venderles la idea de que con su fuero puede hacer que desaparezcan los expedientes que tiene El Chapito por el multimillonario desvío de dinero universitario. “Limpio tu expediente serás nuevamente Rector”, le dijo. Y el felón le creyó. La realidad es que en este mismo mes se dará el relevo universitario y Los Chapos no figuran.

Luego, armó otra jugada de doble compló. Se confabuló con cuatro de los magistrados espurios del TSJ para venderles la idea de que “yo los ratifico de inmediato”.

Más ingenuos no pueden ser esos que se dicen magistrados. Presumen que conocen a profundidad las leyes pero quieren litigar un tema estrictamente legal en los medios políticos y periodísticos, no en los tribunales. Que penoso ¿Quiénes son esos ingenuos? René Hernández Reyes, Luis Enrique Cordero Aguilar, Ana Mirella Santos y Tito Ramírez.