El presidente municipal electo -también del partido Morena- Francisco Martínez Neri, catalogado como experto en el manejo de finanzas municipales y conocedor de los torcidos caminos por donde corren los desvíos municipales, seguramente detecta algo muy peliagudo en las cuentas de Oswaldo García Jarquín. A eso se debe que haya dado la voz de alerta.
Para que el influyente diputado, también Morenista, Ericel Gómez Nucamendi en su mismo medio se atreva a ventilar yerros tan marcados del presidente municipal, significa que las luces preventivas se han prendido al interior del partido. Está claro que, en Oaxaca sus mismos correligionarios se encargaron de destruir los principios de “no robar, no traicionar, no mentir”.
Conocedor de esos intríngulis, el contador Martínez Neri no quiere sorpresas. Dicen que a eso se debe que haya buscado a los diputados menos viciados de su partido para impulsar el punto de acuerdo para que el Congreso -o lo que queda de lo que fue el poder legislativo- ordene al “etíl” Oswaldo García Jarquín adelantar tres meses los tiempos de entrega-recepción. Es decir, a partir del próximo mes.
Así tendrán tiempo de dar seguimiento a los faltantes multimillonarios a partir de octubre y no hasta el último mes de este año como lo autoriza la ley.
Es tal el desorden administrativo en la actual administración municipal que necesitan tiempo para identificar la ruta de los faltantes. Solo así podrían fincar responsabilidades en el uso opaco del presupuesto. En una primera entrevista, el alcalde electo acepta desconocer totalmente el monto de la deuda que, seguramente, le será heredada por Oswaldo, pero admite que por iniciativa suya y presumiendo el desfalco municipal, pidió a los diputados más sensatos de su partido intervenir, aunque se topó con la sorpresa de que de la bancada de 26 diputados solo 14 muestren alguna coherencia con los principios de un partido que, como Morena, ofrecía ser “diferente”.