CON relación a mi comentario de ayer, sobre la candidata presidencial del bloque opositor (en política NO existe el PRE), XÓCHITL GÁLVEZ, hubo quien cuestionó, que no diera mi posición sobre el nepotismo que representó la inclusión de los hijos de la candidata en su campaña.
AL RESPECTO, comento que efectivamente es un tema errático, peor aun, cuando lo intentó justificar, al decir que sus hijos, están ahí porque no los quiere de poltrones, (como los descendientes del MITÓMANO de Macuspana) contradiciendo sus dichos de que sus vástagos son gente de trabajo, que gracias a esto, laboran en su empresa. Entonces si tienen trabajo y mucho ¿Qué hacen en la campaña de la mamá? Predicar con el ejemplo será fundamental y la hidalguense, tendrá que entender, que es hora de decir adiós a esa cultura tan común en la clase política; el nepotismo, mismo que se da en todos los niveles.
LA PRÁCTICA está tan arraigada, que no solo se da en las grandes ligas, también nuestros políticos aldeanos disfrutan de esas viciosas prácticas. ¿Un ejemplo? Los trascendidos no mienten; la diputada local, Liz Arroyo, (Morena) ya se soltó como suspirante a la presidencia municipal de Oaxaca, su esposo, Miguel Jesús Pérez, quiere reelegirse como edil de Tlaxiaco y su hermano, Jorge Arroyo, quiere buscar la presidencia municipal de Salina Cruz (nuevamente porque ya hubo un previo fracaso). Si bien, los hermanitos contendieron desde otros partidos, (Encuentro Solidario y Unidad Popular) los gobiernos municipales, aquí ya los quieren volver patrimonio familiar, así sea cambiando de siglas.
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