En casos que involucren a menores de edad protege PJEO sus derechos  

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  • En estos procesos legales, las y los jueces, además de su conocimiento jurídico, deben contar con sensibilidad, interés y empatía hacia las personas que atienden

El niño es la persona más vulnerable y por ello la obligación de las autoridades a velar por su interés y bienestar, señaló la jueza Leticia García Soto, del Juzgado Octavo Familiar del Distrito Judicial del Centro, quien indicó que los derechos de niñas, niños y adolescentes son una prioridad para el Poder Judicial del Estado.

En entrevista, destacó la atención que se brinda cuando la integridad y estabilidad emocional de los mismos, se ve involucrada en algún proceso judicial, tal es el caso de la guarda y custodia.

Señaló que las autoridades son responsables de supervisar que se cumplan los convenios prestablecidos por los padres en este tema y, en el caso que no exista un acuerdo entre ambos, deben acudir ante un Juez Familiar quien siempre atenderá y velará por el Interior Superior de la Niñez.

“Nosotros tenemos que ser muy cuidadosos cuando vamos a escuchar al menor, a un menor se le escucha a partir de los siete años, hay excepciones, cuando el perito especialista refiere que, por ejemplo, un menor de cinco años tiene la madurez y puede externar su opinión excepcionalmente”, resaltó.

Asimismo, la Jueza comentó que existen diferentes tipos de guarda y custodia, la primera se clasifica como monoparental o individual, que se otorga a uno de los progenitores; la compartida, concedida a ambos padres; a terceros, cuando por causa de muerte o abuso de sustancias, los abuelos, tíos, hermanos o conocidos mayores de edad, demandan esta obligación.

En la distributiva, agregó, se faculta la división de los hijos entre padre y madre, es ahí cuando el juez tiene que programar las convivencias para que no se pierda la relación entre hermanos.

Cabe resaltar que, en estos procesos legales, las y los jueces, además de su conocimiento jurídico, deben contar con sensibilidad, interés y empatía hacia las personas que atienden para visualizar el contexto de la situación familiar que atraviesan y ofrecer una solución efectiva, siempre con el objetivo de garantizar y salvaguardar a la niñez oaxaqueña.