EN EL OJO DEL HURACÁN

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2021-abr-23

Felipe Sánchez                           

Aún no se disipa la gran bruma para saber qué tipo de ganancia o fracaso político le genera al senador oaxaqueño Raúl Bolaños Cacho Cue haber presentado la iniciativa de su partido, el PVEM, para prolongar el plazo del ministro presidente de la Corte. En lo inmediato lo que se ve es que, para bien o para mal, su figura hoy es la de un legislador que genera polémica, pero que también alcanza posicionamiento político relevante que no pocos envidian. Si esto último es lo que buscaban sus estrategas, el éxito no se puede ocultar.

En este momento es blanco de las diatribas de los constitucionalistas y de censuras de los analistas que ven violación de la Constitución en la intentona de adicionarle un artículo transitorio a la Ley Orgánica del Poder Judicial de la Federación con la idea de prolongar el plazo del ministro presidente de la Corte.

La posición del joven senador, para unos es la “lealtad a ciegas” que exige el presidente López Obrador; para otros se antoja una jugada magistral del béisbol. Es una scueplay perfecto: toque de sacrificio con hombre en tercera, entra la carrera y se “enbasa” el bateador. Esto es en el símil deportivo; en lo político la jugada la explica Ricardo Monreal líder del Senado de la República y amigos muy cercanos. Dice:

“…Raúl es un senador bastante inteligente, no comparto con algunos adjetivos que le han adjudicado. Es de los jóvenes que se preparan y estudian. Presentar la iniciativa no es un hecho casual, lo hizo de manera consiente. Al defender su propuesta lo confirma como un senador comprometido con la Cuarta Transformación. Además, en el Partido Verde lo meditaron muy bien, fue una propuesta de grupo y a favor votó la mayoría”.

Como todo en política es un tema muy discutido y hay muchas opiniones en contra dice Monreal quien avizora la posibilidad de que la iniciativa, al final, sea rechazada. Explica: “Aunque se ratificara en la Cámara de Diputados y la minuta se promulgara faltaría un largo trecho en el que seguramente no la van a dejar pasar los opositores, se los digo desde ahora. Si yo fuera opositor haría lo mismo. Se prevé que caiga en el ámbito del Poder Judicial Federal y allí será declarada acción de inconstitucionalidad. Es posible porque solo requieren de 30 votos, y los tienen”.

UABJO EN LA INANICIÓN

En plena pandemia, sin clases presenciales y en una actividad fingida por internet, los seis sindicatos que mantienen a la Universidad Autónoma Benito Juárez de Oaxaca en estado de inanición, no inhiben sus ambiciones.

Con una malinterpretada definición del sindicalismo oficial, se alzan como verdaderas sanguijuelas. Parece que su intención es no parar de succionar hasta ver desfallecida a la Universidad.

Diversos medios locales descubren que los seis sindicatos succionan el 90 por ciento del presupuesto de lo que alguna vez fue considerada “Máxima Casa de Estudios”. Con sangría tan brutal la Universidad se ha convertido en un criadero de parásitos porque de sus recursos no queda nada para la investigación científica, ni siquiera para mantenimiento de su infraestructura.

Dicen que este año, la UABJO recibirá un presupuesto de  mil 271 millones 880 mil 756 pesos, de los cuales mil 144 millones 692 mil 680 pesos corresponderían al pago de nómina, prestaciones sociales, convivios, canasta navideña, prima vacacional, bonos de puntualidad, día de la madre, día del padre, día del niño, entre otros beneficios.

En la única institución educativa del país que cuenta con seis sindicatos, uno de ellos de personal de confianza. el Sindicato Universitario de Académicos (SUA), el Sindicato de Trabajadores y Empleados de la UABJO (STEUABJO) y el Sindicato Independiente de Trabajadores (SITUABJO), conformado por administrativos, así como el Sindicato de Empleados de Confianza (SECUABJO), que realizan labores administrativas y de supervisión para los mandos universitarios. Además, el Sindicato de Trabajadores Académicos de la Universidad de Oaxaca (STAUO).

Sus líderes se han convertido en personajes de gran influencia política al interior del campus universitario. A eso se debe que los rectores se ufanan de quedar bien con ellos para que en cada revisión salarial ponderen sus larguísimos pliegos de peticiones. Solo como muestra de su avidez, los directivos de estos sindicatos se llevan en cada revisión salarial más de 160 millones de pesos para no endurecer sus peticiones en los emplazamientos a huelga.

Además de los empleados contratados formalmente, es decir que tienen plaza, hay otra práctica leonina para sustraer más dinero del presupuesto. Me refiero a los contratos vía outsourcing método mediante el cual el gobierno federal ha detectado inmensos fraudes de algunos ex rectores.