Presidente humanista

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Cipriano Miraflores

El Presidente de la Republica se le ha ubicado en una diversidad de situaciones y de orientaciones ideológicas, para algunos es populista, nacionalista, de izquierda, antifeminista, liberal, conservador, sin embargo, él se ha definido como un humanista, en este sentido, vale preguntarnos: ¿qué es un humanista?

La mejor virtud de un político, de esto no hay duda alguna, es el conocimiento, este engloba todas las demás, tales como: carácter, valor, justicia, templanza (control de uno mismo),  e inteligencia. Desde luego, es ideal que se tengan todas las virtudes. Para mi gusto, el político le es necesaria la unión entre lo que es y lo que hace.

 Los no religiosos buscan la realización de La Palabra en términos de la libertad y no en las determinaciones de una religión. La centralidad del ser humano y de la necesidad de su emancipación en términos de dignidad, derechos, justicia, democracia, distingue a los humanistas.

 La naturaleza humana es el punto de arranque de todo humanismo y no en Dios. Confianza en el hombre es la clave. El sentimiento moral es una parte intrínseca de la naturaleza humana, basada en la preocupación de los demás y hacia los demás, y en la confianza en su valor esencial y en el de la sociedad y la amistad.

La fe humanista, por tanto, está en la humanidad en sí misma, en lo que los humanistas renacentistas llamaban la dignidad del hombre. No es una fe ciega, sin embargo. Los humanistas son conscientes de que las personas son débiles y falibles, pero suelen ser optimistas en su visión de que el mejor lado de su naturaleza generalmente prevalecerá.

 La preocupación principal de los humanistas es que el hombre de lo mejor de sí en sus acciones, que lleven vidas acordes a la felicidad y a la satisfacción de su moralidad, para este fin necesita la oportunidad de desarrollarse completamente como individuos.

 Por eso son esenciales los valores de la libertad y la autonomía: tanta libertad para pensar y expresarse como sea compatible con la misma libertad de los demás, y el derecho de tomar decisiones por su propia cuenta y controlar el curso de sus propias vidas.

 El comportamiento ético de un hombre debería basarse eficazmente en la simpatía, la educación y los lazos sociales; la base religiosa no es necesaria (Einstein).

Políticamente, los humanistas suelen enfrentarse a las posiciones autoritarias y paternalistas; en general están comprometidos con las libertades liberales de la libertad de expresión, la igualdad de derechos, el pluralismo, la tolerancia y la democracia.

Después de este breve repaso, vale la pregunta: ¿el Presidente de la República es un humanista?