TRIQUIS INDÓMITOS 

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Por Felipe Sánchez 

-Escaparate Político

A principios de este mes el presidente López Obrador presumió en su conferencia mañanera, la buena voluntad de los pueblos Mixes de Tamazulapam y Ayutla al firmar un acuerdo de paz. Los puso como ejemplo de civilidad ante la raza Triqui para que hagan lo mismo y hasta ofreció: “aquí en el Palacio Nacional vamos a firmar la paz entre los Triquis”. Estaba optimista y hasta fantaseó en la habilidad política del subsecretario de Gobernación Alejandro Encinas “al que he encomendado personalmente construir la conciliación Triqui”.

Todo indica que esta será misión imposible para Encinas. Un acuerdo de paz Triqui es más complejo que el caso Ayotzinapa que lo ha exhibido como un inoperante, aunque también es comisionado especial para la resolución del caso.

La idiosincrasia de los Triquis de Oaxaca complica tanto la firma de paz que parece que todo quedará en buenas intenciones. Les digo algunas motivaciones.

En el profundo estudio antropológico que hizo el desaparecido escritor Gutierre Tibón sobre la raza Triqui en 1961, da pormenores de este indígena indómito, reacio a todo acuerdo civilizado y explica algunas de las causas: “si no estuvieran armados, como lo están, renunciarían a su postura orgullosa y desafiante; sus rifles son idénticos a los que usa el Ejército Mexicano; sus municiones, las mismas; disponen de ametralladoras y de binoculares iguales a los del Ejército. Tienen un valor a toda prueba y dominarlos en su tierra natal esa que conocen en cada risco, en cada árbol sería una empresa ardua. Su espíritu tribal es todavía el de ciertas poblaciones del México antiguo, viven igual que hace siglos con la idea que deben defenderse a todos trance contra la presión que ejercen sobre ellos sus vecinos”.

Esto explica su práctica fratricida y eterna división. Los del Mult contra los del Ubisort y estos contra el Multi. Todos contra todos.

Esa misma belicosidad los ha llevado a obstaculizar la firma de paz que el mismo presidente AMLO anhela. La carta abierta de Fabian Pereda líder del Ubisort, es concluyente. Dice:

La Ubisort (Unión para el Bienestar Social de la región Triqui) “a partir de esta fecha rompe negociaciones con el gobierno federal y estatal por la falta de seriedad de sus funcionarios y nos declaramos en alerta máxima”.
Desafiantes dicen: “convocamos a nuestros militantes a movilizarnos a partir del lunes 27 de septiembre en la ciudad de Oaxaca y coordinar acciones con organizaciones fraternas en lucha. Responsabilizamos a los gobiernos federal, estatal y a los falsos líderes sociales del quebrantamiento de la paz en la región Triqui y del rompimiento del dialogo”.

“Decimos no al falso llamado de paz hecho por los gobiernos federal y estatal, al que, hasta la fecha, no hemos sido convocados a un diálogo verdadero por la paz, por que quienes nos gobiernan usan un doble discurso que queda demostrado cuando deliberadamente retrasan las obras sociales y no solucionan nuestras demandas políticas. Nos
niegan a los indígenas Triquis el desarrollo y progreso. Los altos funcionarios se esconden y engañan a nuestras comunidades con la firma de minutas de trabajo, que en la práctica son letra muerta porque no cumplen los acuerdos.

“La paz con justicia y dignidad que reclama la Ubisort al gobierno requiere de atención inmediata de los graves problemas sociales que aquejan a la región triqui; la violencia insensata, los crímenes  políticos, la inseguridad de la zona y la injusticia social, son los principales flagelos que oprimen a la etnia triqui y que los gobernantes no han sido capaces de resolver, no se puede hablar de abrazos y no balazos cuando en una de las regiones más pobres y marginadas del país existe una guerra étnica de baja intensidad de exterminio entre hermanos indígenas de la etnia Triqui”.

TAMBORES DE GUERRA 

“La marea roja se aproxima a la ciudad, mujeres, hombres, jóvenes, niños y ancianos desafiaremos la pandemia del COVID-19, abandonaremos nuestras comunidades, bajaremos de las montañas Triquis en busca de justicia, paz para nuestra etnia y ser tratados con dignidad y respeto, no nos dejaron otro camino, más que la resistencia indígena para exigir nuestros derechos que por décadas se nos ha negado.
“Hoy los tambores de guerra resuenan en la zona y los triquis no estamos dispuestos a seguir poniendo los muertos, no más sangre inocente derramada. Exigimos diálogo verdadero con el presidente de la República y con el Gobernador del estado”.