LAS MUJERES TAMBIÉN

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2021-abr-15

Felipe Sánchez

En un pragmatismo ramplón los partidos políticos, todos, se disputan abiertamente el presupuesto público (prerrogativas) y clientela política. Sin principios ideológicos ni compromisos serios, hasta suscriben convenios para impulsar la democracia y civilidad política, pero NO cumplen. Así pasó con un grupo de mujeres políticas: Aurora López Acevedo, Alejandra García Morlán. Maribel Martínez, Natividad Díaz, entre otras que al inicio de las campañas suscribieron un compromiso que llamaron “Alto a la violencia” contra mujeres que participan en política.

Empezaron sus eventos y el primer día, la candidata del partido Fuerza por México, Karla Jiménez Carrasco junto con su dirigente estatal Salomé Martínez padecieron la primera acción de violencia. En el arranque de su campaña electoral en Viguera, en las primeras horas de la madrugada del pasado día cuatro. Un grupo de pistoleros se colaron entre los invitados y les ordenaron que suspendieran el evento político. Sorprendidas por juego tan sucio que, obviamente, puede ser un caso de intimidación de algún competidor político, se retiraron.

Las dos valientes mujeres -Karla y Salomé- acudieron a presentar la denuncia penal por tratarse de un “grave atentado contra la democracia”. Fue el inicio de un calvario. De entrada, no las atendieron en el Ministerio Público estatal porque era asunto del fuero federal. Acudieron a la delegación de la Fiscalía General de la República donde les tomaron su declaración hasta las 4 de la mañana ¿Y el pronunciamiento de Alto a la Violencia que firmaron? Para la mayoría de las damas practicantes de la política fue nada. Pronto olvidaron su firma, no hubo, siquiera, solidaridad.

Las denunciantes, además del terror que vivieron, quedaron solas, abandonadas a su suerte. Dicen que solamente llegaron a solidarizarse con ellas en esas horas de angustia la senadora Susana Harp y su suplente Concepción Rueda. Ambas hicieron cabildeos ante instancias de gobierno para que fueran atendidas.

Las otras firmantes que presumieron insistentemente en sus cuentas de twit el convenio “Alto a la violencia”, Antonia Natividad, Alejandra García, Maribel Martínez, etc., no aparecieron por ningún lado, ni siquiera se pronunciaron públicamente.

TAMBIÉN «CARASUCIA»

Tal actitud no es solo entre mujeres de la política. Sucede con mayor frecuencia entre los varones.

Hay que tener presente que al inicio de la jornada electoral todos los partidos con sus candidatos, incluido el PRI, de la misma manera firmaron un compromiso que llamaron “Pacto por la civilidad democrática” que, supuestamente, iba a ser para hacer de estas elecciones una “gran fiesta cívica”. Es decir, se comprometieron a jugar limpio, pero el primero en hacer honor a su mote “Carasucia” al no respetar tal pacto, fue el candidato de la alianza PT-PVEM Benjamín Robles Montoya. En un audio supuestamente charla con su suplente Lenin López Nelio. Éste habla de un plan de campaña con “tiros certeros”. Es decir, utilizar en la campaña el padrón (“que ya tenemos”) de los programas sociales de Bienestar para ir a buscar a los beneficiarios casa por casa hasta inducir el voto. Si aquí se aplicara la ley, esta grabación sería más que suficiente para anular las candidaturas de quienes usan los programas sociales del gobierno federal para fines electorales.

Por este motivo el PRI presentó una denuncia que, de tan ambigua, lleva a la sospecha de que están en connivencia.

SE DESLINDA EL PVEM

Ante juego tan sucio que, de entrada, rompe con el pacto de civilidad que tanto cacaraquearon, alzó la voz el senador Raúl Bolaños Cacho Cue, miembro de la directiva nacional del Partido Verde.

Se deslindó públicamente del ilícito en que incurren Benjamín Robles y su suplente como candidatos a diputado federal por el octavo distrito.

“Somos aliados, pero deslindo a mi partido, el Verde, del uso faccioso del padrón de los programas sociales en la campaña electoral”, dijo en entrevista radiofónica en la que externo su desilusión por los candidatos Benjamín Robles y Lenin López al usar los programas de apoyos sociales para conseguir votos.

LAS VACUNAS

El uso del programa de vacunación anti-Covid con fines electorales es también un acto criminal del Morena. Pero hay algo peor: poner gente improvisada para operar la logística es malignidad potenciada. Los llamados “serviles de la nación” a la par con la “Peordelegada” Nancy Ortiz y una cauda de ayudantes solo van a hacer sufrir a los viejitos. Hinchados de poder gozan ver a los ancianos y sus familias que, para lograr la inyección duermen en la interperie, se deshidratan bajo el sol en inmensas colas donde suplican una atención que no hay de los “serviles de la nación” y sus jefes que, eso sí, procuraron vacunarse anticipadamente sin merecerlo.

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