Como desde hace ya casi 44 años de daños irreversibles a la educación, e igual número de generaciones que nacieron en las últimas cuatro décadas y que se cuentan ya por millones, todavía hasta hoy, en los albores del siglo XXI y en pleno año 2024, se sigue causando este mal en contra de niños, adolescentes y jóvenes.
Desde hace 43 años y días, casi 44, que se cumplirán el próximo primero de Mayo; desde esa misma fecha, pero del año de 1980, cuando se inició el mal llamado «Movimiento Democrático de Trabajadores de la Educación de Oaxaca» (MDTEO), hasta nuestros días, todavía se sigue dañando en forma irreversible a miles y miles de estudiantes de educación inicial, preescolar, primaria y secundaria, por intereses perversos y totalmente extraños a la educación y a Oaxaca.
Para nadie que conozca la historia y que tenga conocimiento de cómo se inició todo esto, no es ajeno, ni ignora, que a partir del primero de mayo de 1980, en el marco del desfile conmemorativo del «Día del Trabajo», estalló la revuelta que se ha prolongado por casi medio siglo.
Los disidentes de la sección 22 del SNTE, ahora y desde hace muchos años, plenamente identificados con la llamada Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE), iniciaron, más que la rebelión en contra de sus dirigentes y después en contra de todo y por todo, comenzaron la embestida en contra de la educación, contra los oaxaqueños y contra Oaxaca.
Y a partir de ahí y hasta la fecha, han dañado y siguen dañando a miles y miles y millones y millones de niños, adolescentes y jóvenes de educación básica, con mítines, plantones, manifestaciones, asalto a oficinas, paros locos, suspensión de clases constantes, bloqueos de carreteras y una serie de «movilizaciones», para protestar por todo y contra todo.
Y por si todo el daño irreversible a la educación, ocasionado durante ya casi medio siglo, no fuera suficiente; y si acaso se nos hubiera olvidado esto, propiciado por los sedicentes dirigentes de la sección 22 del SNTE, desde que Pedro Irigoyen Martínez Noriega, que al igual que los que ahora «gobiernan» a la entidad, que de agitadores, subversivos, desestabilizadores, chantajistas y extorsionadores, se convirtieron en «servidores públicos» del gobierno estatal.
A partir del primero de mayo de 1980, fecha en la que desconocieron al comité seccional, encabezado por el profesor David Mayrén Rodríguez, los sedicentes trabajadores de la educación, iniciaron una serie de manifestaciones y acciones desestabilizadoras que, hasta ahora, no han terminado.
Por si a alguno de los oaxaqueños, o mexicanos, se nos hubieran olvidado estas prácticas desestabilizadoras, que no tienen otro propósito más que el chantaje, la extorsión y la presión, con bacterias tan demagógicas como las utilizadas recientemente, supuestamente para exigir los uniformes que desde hace dos años no han entregado a los alumnos de educación básica.
A los dirigentes de la sección 22 del SNTE o de la CNTE, encabezados ahora, por Jenny Pérez Martínez, es lo que menos les importa, como tampoco les han importado otras banderas que han enarbolado a lo largo de más de 43 años y casi ya 44 años ininterrumpidos, en los que han afectado la educación básica de millones y millones de oaxaqueños.
A punto de cumplirse 44 años de agitación y desestabilización, el próximo primero de mayo, las huestes de la sección 22 del SNTE, siguen sirviendo intereses mezquinos y oscuros, por encima de los educandos e, incluso, de los miles de trabajadores de la educación, que han utilizado siempre como medios de presión, de chantaje y de extorsión, para lograr privilegios económicos y políticos en beneficio de la dirigencia en turno.
Por si acaso ya se había olvidado como operan los sedicentes dirigentes de la sección 22 del SNTE, en los últimos días, volvieron a la cargada, a sus andanzas y a las mismas prácticas tan nocivas,ya por todos conocidas, paralizando materialmente a la entidad Oaxaqueña.
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