LA IGLESIA católica, aunque aparentemente espera, con la bondad de Dios y que el gobierno le haga caso, recuperar los millonarios ingresos en “El Pedimento” del Santuario de Juquila, la realidad es que está jugando sus cartas para hacer sentir su poder terrenal.
LO QUE hace en este momento el curita MARTÍN OCTAVIO CRUZ en la comunidad de San José del Progreso, Ocotlán, al incitar a los feligreses, no es nuevo. Ya lo hizo el padre WILFRIDO MAYREN en el caso de Juquila.
Hay, entre todas las frases fundamentales del Evangelio, una que a lo largo del tiempo ha sido una de las piedras de tropiezo de la Iglesia : «La verdad os hará libres». El problema no radica en su condición de Iglesia -de asamblea, de pueblo de Dios, de cuerpo místico de Cristo, de depósito de la fe-, sino en su carácter de institución, es decir, de una enorme empresa administrativa no distinta a las transnacionales, al Estado o a la estructura de un partido.
NO SE VA a quedar cruzada de manos esperando “a la buena de Dios” que el gobierno le quite una de las más importantes fuentes de ingresos como es El Pedimento.
CUANDO la Iglesia calcula que su poder está en riesgo es imposible no llegar a la mentira; cuando sólo se cultiva un discurso de bondades, se llega a la complacencia. Este papel lo juegan muy bien, WILFRIDO MAYREN, el llamado “padre guerrillero” como activista en el año 2006 y MARTÍN OCTAVIO CRUZ, que, a decir de los nativos de esa región de Ocotlán, “en las misas habla cinco minutos de las bondades de Dios y el resto del tiempo a incitar a la rebelión contra el gobierno” tomando como pretexto la “devastación ecológica que está causando la mina La Trinidad ”, cuando todos saben que apenas está en trabajo de exploración. Aún no hay explotación.
NO ES fortuito que pese a las insistentes gestiones para el cambio del cura que abiertamente hace política desde el púlpito en San José del Progreso, su jefe, el arzobispo JOSE LUÍS CHAVEZ BOTELLO se niegue a reemplazarlo con todo y que su labor de incitación ha provocado enfrentamientos ¿Espera que la sangre llegue al río? Yo creo que lo que quiere es recuperar los ingresos de El Pedimento.
GENERAR CONFIANZA
HABLAR de la ética de los abogados significa, casi siempre, desconfianza, vilipendio y hasta chistes denigrantes como aquel de los plátanos: “no hay uno derecho”.
HOY QUE el Congreso del estado, trabaja sobre la Ley del Ejercicio Profesional, resulta más que interesante la iniciativa presentada al Congreso, por un grupo de jóvenes abogados miembros del Foro Permanente de Abogados que encabezan Eduardo Castillo Cruz y Romeo González Playas.
SE TRATA de una iniciativa poco común si partimos, como los mismos exponentes dicen, de que es necesario romper el mito de que únicamente los órganos públicos legitimados están obligados a presentar iniciativas legislativas que tiendan a determinar el rumbo social, político y económico de las necesidades colectivas.
MOVIDOS por este interés y con el fin de reivindicar la abogacía mediante el equilibrio entre los derechos del profesionista y los derechos de todo usuario, entre la formación intelectual y la formación ética de los profesionistas, el ingreso monetario entre los profesionales consolidados y los pasantes que se inician en el ejercicio y entre la formación académica y la habilitación que brinda el ejercicio profesional, hicieron su propuesta para reformar la ley porque, dicen, resulta indispensable que la sociedad conozca el perfil de los profesionistas que ofertan sus servicios al público, su trayectoria laboral, el tiempo efectivo de experiencia profesional, la capacitación y actualización con la que cuentan, y el compromiso ético con el derecho de los usuarios. Dignificar la profesión del abogado para generar a la sociedad confianza y satisfacción en los servicios profesionales que contrata.
