EL comportamiento sumiso de nuestras autoridades locales ante el poder de ciertas empresas transnacionales, confirma que Oaxaca no escapa al poder de los capitalistas.
UN EJEMPLO: Un amigo, creyendo que realmente el gobierno civil está para atender primero a los que lo eligieron, pidió al Ayuntamiento citadino que, de acuerdo a la ley, ordenara el retiro de unas instalaciones de TELMEX colocadas casi en la puerta de su casa. No obstante la humedad y otros daños que causa el armatoste, la empresa, con toda la prepotencia de ser una de las más poderosas del mundo dado el monopolio que ejerce; pidió cerca de 100 mil pesos para hacer el cambio con todo y que ocupa una parte de la vía pública. Entonces, el afectado recurrió a la autoridad municipal que solo hizo mutis. No se atrevió a contrariar a tan poderosa empresa. Cómo molestar al tal Slim, el hombre más rico del planeta.
FÁBRICA DE OBESOS
PERO Telmex no es la única trasnacional que amenaza, corrompe, ordena y hace lo que quiere en todas las instancias de gobierno.
UN INFORME recibido por este columnista demuestra que hasta el Congreso local ha llegado el tentáculo de Coca Cola, Pepsico, Kellog’s, Bimbo, Nestlé, etc., para que nadie se atreva a prohibirles vender en las escuelas sus alimentos chatarra que son un serio peligro para la salud pública.
EL ASUNTO es alarmante ante el rápido incremento del número de niños obesos en el país, consecuencia de los pésimos hábitos de consumir los alimentos chatarra, más cuando para el Instituto Nacional de Salud Pública, el problema inicia en los centros escolares que “se han convertido en un ambiente obesigénico, es decir, en fábricas de obesos”.
LA INFORMACIÓN , aquí asentada proviene de un estudio de “El Poder del Consumidor A.C.” organismo que inicia la batalla para frenar el consumo de alimentos chatarra, un mal hábito que ha dejado de 1999 a 2006 un crecimiento del sobre peso y obesidad –en niños entre cinco y 11 años de edad– del 40 por ciento, crecimiento paralelo al consumo de refrescos y a una caída de 30% en el consumo de frutas y verduras y del 50% en el consumo de frijol, por ejemplo.
Pero como el negocio por la venta de refrescos, dulces, golosinas y alimentos procesados representa 20 mil millones de pesos anuales, frenarlo no es cosa fácil, menos con nuestros legisladores federales y locales tan susceptibles a la corrupción, porque ¿de qué otra manera podría entenderse la falta de legislación que frene la venta de los alimentos chatarra en las escuelas?
El Poder del Consumidor indica que en todo el país las empresas procesadoras de alimentos (Coca Cola, Pepsico, Kellog’s, Bimbo, Nestlé, etc.), han empezado una estrategia para detener la prohibición de la venta de comida chatarra en las escuelas. Corrompen, amenazan, presionan a los congresistas que, de entrada, se han dejado convencer. El proyecto de ley en este renglón, duerme el sueño de los justos.
DIPUTADO CORRUPTO
Esta Asociación Civil afirma que cada vez que intentan regular la venta de productos chatarra en las escuelas, los fabricantes agrupados con las siglas “Conméxico” cabildean con los diputados, para frenarla obviamente y “si se tienen dificultade$$ con los presidentes de las comisiones, hablan con el coordinador parlamentario respectivo e incluso con el coordinador del grupo mayoritario.
Explica “El Poder del Consumidor” que en Oaxaca. Conméxico se reunió con el diputado Gerardo García Henestroza (PAN) presidente de la Comisión de Salud Pública de la entidad y ¿Qué lograron? Que siga la venta indiscriminada de productos chatarra en nuestras escuelas.
MÁS ALTO
SI ACASO hubiera algún diputado que no fuera tan corrupto como el panista HENESTROZA –según el señalamiento de la asociación civil– y se atrevieran a legislar contra la comida chatarra, los empresarios tienen otra estrategia: Si llegaran a aprobar un proyecto regulatorio de venta de alimentos chatarra, Conméxico recurre al Ejecutivo del Estado mostrando su poderío económico y buscando que vete el decreto del Congreso, como ocurrió en Baja California y Jalisco. Igual que lo hace Telmex con el gobierno municipal.
El cuarto paso que ejecutarían si la presión de la Opinión Pública es importante (esto no puede ser porque los maestros y directores de escuelas públicas reciben dinero para permitir la venta de comida chatarra) y el Ejecutivo se ve obligado a publicar la iniciativa, entonces Conméxico se dirige a crear o fortalecer sus relaciones con las Secretarías de Educación y de Salud de la entidad, con el fin de que no apliquen las medidas.
El quinto paso (nos detalla la organización) sería la estrategia final y una de las más utilizadas por Conméxico, consistente en lograr que los programas sean inaplicables; que sean técnicamente deficientes; que no exista manera de identificar qué productos no deberían estar en las cooperativas escolares; que no sean obligatorias las medidas, etc. En Sinaloa, por ejemplo, la propia industria elaboró el programa. ¿Qué tal eh?
¿SIN SALIDA?
Pero si la corrupción lo abraza todo y nadie es capaz de dimensionar este problema de salud pública ¿acaso significa que nadie puede hacer nada?
AÚN hay buenos ejemplos. En San Martín Mexicapam tenemos la escuela Poliparco T. Sánchez, catalogada ya como una de las mejores escuelas públicas (en jardín de niños y primaria) dirigida por la profesora Graciela Hernández y ejemplo de la solución a este problema. Aquí, a través de un eficaz método cubano, ha dignificado la escuela pública con excelente nivel académico y también tiene entre sus reglas cero “comida chatarra”.